jueves, 29 de enero de 2009

Un juego de nunca acabar.

Hoy me preciso a escribir un poco acerca de lo acontecido en que se ha convertido éste periodo presidencial a cargo del mandatario actual con el cual se ha tratado de coexistir desde hace 10 años, con mi opinión sólo me circunscribo a lo poco que conozco o a mi visión panorámica acerca de este periodo político. Si bien es cierto que en el momento en que el gobierno actual toma posesión del poder, nuestro país atravesaba una situación tanto económica como social deprimente en todos los sentidos, este gobierno ha procurado adentrarse en lo que es el apego social más que en los problemas económicos subyacentes, no con esto menos precio la importancia de la sociedad en materia política pues las prerrogativas que el gobierno consigue con ello son significativas pero a corto plazo, y por qué me atrevo yo a decir que lo son sólo a corto plazo, muy sencillo; el gobierno no ha logrado reducir el nivel de desempleo que nos arropa, aunado a ese gran problema existe uno de mayor relevancia la “INFLACIÓN”(con hambre y sin dinero para comer).En otro sentido seguimos teniendo nuestra cuenta financiera en rojo por las grandes fugas de capital que existe y que continuarán de seguir por el mismo rumbo. Vale recalcar que este fuerte problema se había gestado y viene de periodos anteriores pero se ha hecho muy poco para contrarrestarlo, además ese empeño en molestar al que está quieto. Con esto me refiero al deseo frenético de nuestro presidente por ESTATIZAR o ¿porque no NACIONALIZAR? Más allá de lograr un crecimiento en la actividad económica-esto no debe negarse-se puede apreciar una aparente involución que afecta gravemente al bolsillo los consumidores, pues a sabiendas de que el objetivo de un ente privado es conseguir mayores beneficios, alta calidad, innovación etc.… el sector público discrepa en este sentido pues su objetivo principal estriba en construir empresas, ergo nos encontraremos déficit recurrentes, hasta ahora me he enfocado sólo en algunos puntos de importancia. con ello, puedo argüir en que con esto y más, se pierde la credibilidad y la confianza de un pueblo esperanzado con el cual se encontró el gobierno en sus inicios.
Vale la pena preguntarnos, a qué jugamos los venezolanos cuando elegimos a nuestro “supuesto líder” y ¿por qué supuesto? ¿Será que votamos por un color, una cara política, un discurso…? se hace menester realmente reflexionar un poco-si se quiere-sobre ésta situación. ¿A qué jugamos con un SÍ O con un NO? ¿CUÁNDO COMENZAREMOS EL VERDADERO JUEGO POLÍTICO? Es difícil responder a esta pregunta, pues al parecer existe un sinfín de discrepancias referentes al tópico tratado, o ya sé, será que votar por IDEAS es la panacea?
Espero respuestas.